Ya en 1969 la población consumía al mismo ritmo que la Tierra producía, situación que fue degradándose año tras año por la sobreexplotación y que, a día de hoy, la capacidad de regenerarse que tiene el planeta de forma sostenible ha acabado. Se nos agota el presupuesto ecológico anual.

Esto quiere decir que desde el 2 de agosto hasta el 31 de diciembre del 2017 consumiremos más allá de lo que la Tierra puede crear naturalmente, forzándola y llevándola más cerca de su destrucción.

Esta es la alerta que la ONG medioambiental “Global Footprint Network” ha lanzado, que cada año mide cómo el “presupuesto ecológico anual” de la Tierra se agota antes y determina el “Día de la sobrecapacidad del planeta”, día que cae el 2 de agosto de 2017, antes que cualquier otro registrado.

Para calcular este día o jornada se compara el consumo total anual de la humanidad, es decir, la huella ecológica con la capacidad de la Tierra de regenerar en un año los recursos naturales renovables, aquí es cuando hablamos de biocapacidad.

Al sobreexplotar el planeta, provocamos deforestación, erosión del suelo, escasez de agua, pérdida de biodiversidad, sequía e incremento del dióxido de carbono en la atmósfera.

Emisiones de dióxido de carbono

La organización advierte que emitimos más dióxido de carbono del que los árboles disponibles pueden absorber, señala que talamos demasiados bosques, que pescamos más de lo que deberíamos y cultivamos más de lo necesario.

Global Footprint Network también ha calculado la huella ecológica de algunos países desarrollados para identificar su impacto, entre ellos Australia, que consume 5,2 veces más que la capacidad de regenerarse de su territorio; Estados Unidos (5 veces); Suiza (3,1); España (2,4); China (2,1); o Brasil (1,8).

Según la ONG, si lográsemos posponer anualmente 4,5 días la fecha de “sobrecapacidad de la Tierra”, podríamos poder vivir y consumir de forma sostenible en 2050.